Más allá del Buena Vista Social Club hay un piano. Allí le espera Roberto Fonseca. Después de haber alimentado su carrera internacional sustutiyendo a Rubén González, colaborando con Ibrahim Ferrer y dirigiendo giras de Omara Portuondo, el Habanero de moda conoce el atractivo de la tradición teñida de sepia, de las melodías que te hace balancear. El hecho de que también sea fan del jazz, el funk, el reggaeton y el rap, que ha ido incorporando a su obra a lo largo de los años, confiere a este último trabajo de estudio un conocimiento de los terrenos más recónditos, que seduce al oyente de forma inventiva y sutil. Puedes leer la crítica completa en Songlines.co.uk

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